Realizado por:
Pablo Andrés Martín Grande para la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos de la UPM con la colaboración de Estefanía Muñoz Jurjo de la URJC. Madrid, Abril de 2013.
El pasado mes de enero tuvo lugar
en Europa uno de los mayores escándalos en la industria alimentaria de los
últimos tiempos. Se produjo tras el inesperado descubrimiento de carne de
caballo etiquetada como ternera en numerosos productos precocinados, lo que
rápidamente propagó una gran desconfianza entre los consumidores y activó todas
las alarmas entre las autoridades sanitarias de la Unión Europea.
Todo comenzó a raíz de la
publicación por parte de la agencia de seguridad alimentaria irlandesa (FSAI)
de unos análisis que reflejaban la presencia de carne de caballo en unas
muestras de hamburguesas precocinadas que estaban etiquetadas como vacuno.
Rápidamente el escándalo se fue extendiendo por diversos países como España,
Alemania, Francia o Italia y salpicando a importantes marcas conocidas entre
las que destacan algunas como Nestlé, Buitoni o Findus.
Aparte de lo referente a
seguridad y calidad alimentaria, se plantea el importante problema económico de
cómo afectan y afectarán estos hechos a los mercados de los productos
prefabricados y a los relacionados con la carne de vacuno. El objetivo de este
trabajo es estudiar dicha variación en los mercados europeos así como exponer
las posibles medidas que empresas y fabricantes llevarían a cabo con el fin de
paliar los efectos de ésta.
METODOLOGÍA
El modelo económico más adecuado
para el estudio de los efectos causados por el presente escándalo alimentario
es el de la oferta y la demanda. Concretamente se estudiará cómo los hechos
acontecidos afectan a la curva de demanda de los productos relacionados y como
ello variará el precio de equilibrio, lo que obligará a las empresas más
perjudicadas a tomar medidas al respecto.
A continuación, se presenta un
estudio gráfico de la evolución que, tras el impacto de esta crisis, se ha
producido en los mercados citados anteriormente. El estudio está basado en
artículos y publicaciones de los principales periódicos nacionales, tanto
económicos como de carácter general[1],
y de numerosas páginas web informativas[2].
Así mismo, se aplican conceptos pertenecientes al temario de la asignatura
Economía General impartida en la UPM.
RESULTADOS
Tabla 1: En la primera de la dos tablas se aprecia un
desplazamiento negativo (hacia la izquierda) de la curva de la demanda en los
mercados debido a la mala imagen que tienen los consumidores de las principales
marcas afectadas y sus productos. La población quiere saber lo que come y estas
marcas no les dan la seguridad necesaria, por lo que renuncian a comprar sus
productos, no solamente los que contengan carne de vacuno sino cualquiera que
se oferte.
Tabla 2: A pesar de ello, al tratarse de alimentos muy importantes
para los habitantes, se produce paralelamente a este descenso de la demanda en
las marcas y productos implicados un llamativo aumento en la demanda de
productos del mismo mercado pero que se caracterizan por su alta calidad o su
cercanía con el productor. De hecho, en Francia se ha calculado que las ventas
de carne por parte de ganaderos locales, que pueden certificar fehacientemente
que lo que venden es lo que dicen vender, han aumentado un 15%. Por ello en la
segunda tabla se aprecia el efecto contrario en la curva de demanda.
Fuente: Propia
CONCLUSIONES
Del estudio se puede extraer que,
excepto en los productos de alta calidad de la tabla 2, se produce un
importante descenso de la demanda que afecta directamente a las ventas de las
principales empresas afectadas que necesitarán de importantes medidas para
intentar estabilizar su situación. Los consumidores buscan seguridad y por ello
no comprarán productos que hayan sido puestos en duda en lo que a transparencia
se refiere. Las marcas deben buscar ante todo recuperar la confianza de los
consumidores, con este fin, serían interesantes campañas publicitarias de
“lavado de imagen” para intentar relanzar la demanda y deberán buscar, de
alguna forma, el respaldo de algún organismo oficial de la UE que certifique
públicamente el correcto etiquetado. Además, al producirse un desplazamiento en
la curva de demanda, las empresas pueden verse forzadas a desplazar a su vez la
curva de oferta para no producir excedentes mediante una disminución de la
producción. Por último, las empresas deberían intentar ajustar el precio de los
productos al nuevo precio de equilibrio de mercado dentro de sus posibilidades
(lo que se traduce en un descenso respecto al precio inicial).
Se cree que una de las
principales causas del importante incremento de carne de caballo empleada para
el consumo en los mercados europeos es el gran aumento de caballos
sacrificados, especialmente en países del Este, que se encuentran en proceso de
mecanización agraria y donde los caballos se han convertido recientemente en un
bien de lujo. Por ello la Unión Europea debería llevar un control más estricto
sobre donde van a parar los equinos para evitar que lleguen mal clasificados a
los consumidores.
[1]
Concretamente ABC, El Economista, El Mundo y El País.
[2]
(Entre otras) http://www.20minutos.es/noticia/1736928/0/claves-hallazgo/carne-caballos/productos-europa/